ella dijo mi nombre
y yo acudí a su llamado
hablamos
y quise enredar mis dedos en su cabello
quise besarla y revolverme con ella
y no lo hice
me despedí y me fui
compré vino
y bebí el resto de la noche
esperando encontrarla ahí
afligido como títere
enredado en sus propios hilos